Palabras de despedida

DESPEDIDA A MORELIA EN LA CELEBRACION DE SU PASCUA

Hay días en los cuales nos sentimos abatidos, disminuidos y casi derrotados, y hoy es uno de ellos. Estamos viviendo momentos de aguda tristeza y de un prolongado silencio, vamos hoy por un camino lleno de angustias y pesares; es porque nos está doliendo el alma. Un dolor que sorprende por su intensidad y un llanto que no se detiene por su insólita magnitud.
Es que hay un día señalado por el Ser Supremo que nosotros, aunque lo sabemos, nunca lo esperamos; por eso este viaje nos toma de sorpresa, nos causa esta sensación que nos arrebata la alegría. Morelia: has emprendido el viaje definitivo que en verdad no esperábamos tan pronto, porque para ti cada amanecer era una jornada que emprendías con mayor entusiasmo, entrega y dedicación como si fuera el comienzo de tu vida apostólica; los años no tuvieron la capacidad de medir tus fuerzas en la labor evangelizadora de tu Parroquia y de todos aquellos lugares hasta donde se ha extendido tu obra: el CMS.
Morita: En tu ambiente familiar hay un vacío y para siempre, pues ya no tendrán a la hija buena, a la hermana cariñosa, a la tía comprensiva y ejemplar, a la persona que hacía falta en todo momento, porque era el apoyo y la solución a todos sus proyectos.
Tus amigos y compañeros no alcanzamos a medir las consecuencias de tu ausencia, el C.M.S. se siente huérfano, en la comunidad de las Carmelitas Misioneras queda un vacío con dolor, aun parece ser un mal sueño este 22 de enero; es un día que nos muestra lo frágil que es la vida y que por eso hay que fortalecerla como tú lo hiciste, con la entrega al servicio, a la alegría, a las mejores aspiraciones.
Pero esa soledad que ahora sentimos sólo será física, porque tu presencia quedará en el largo recorrido de tu vida que siempre marcó huella y de esto, son testigos las comunidades educativas de muchas generaciones; en el álbum de recuerdos de muchos hombres y mujeres de bien, estará escrito tu nombre como la Maestra ejemplar, la líder de la comunidad y la educadora que formó cristianos para la Iglesia, ciudadanos ejemplares para la patria, profesionales y gentes buenas para un sociedad que tuvo la dicha de conocerte y aprender de ti a vivir con dignidad la vida.
Mora: tu huella se prolongará a través de la historia, ya que dejaste, con la orientación de las Carmelitas Misioneras, el grupo del C.M.S. fruto de tu compromiso consciente de bautizada. Tu idea fue una semilla que fructificó en la Iglesia no sólo de Antioquia y de Colombia, sino en todos los continentes donde hoy la Asociación, sigue cosechando frutos para bien de la Iglesia.
Fuiste de esas mujeres fuertes que nos narra el Evangelio, firmes en sus posiciones de lucha, sin miedo a las adversidades y desafíos, dejándonos el ejemplo de abnegación y constancia, de rectitud, de entrega y servicio, a tu familia y a la comunidad, por eso te recordamos como la mujer de la esperanza, de la fortaleza y de la fe.
Los enfermos reclamarán tu presencia y la de ese Jesús que les llevabas con amor y alegría. En el preciso momento de esa entrega a tus hermanos enfermos, llevándoles el Cristo, médico que sana las heridas del cuerpo y del alma, te llamó el buen Dios, siendo El, el fiel testigo de tu labor misionera.
Sin embargo sabemos que allá arriba, en ese lugar desconocido que nuestra vista no alcanza, pero que la esperanza nos ayuda a imaginar, está el Dios Padre que, enamorado de tu alma rebosada de bien, quiso llevarte para hacer un paréntesis en esta vida de angustia y dolor que sufre el mundo a gozar con tus chistes y bromas oportunas.
Mora: Llegaste donde el Buen Dios con tus manos llenas, tus talentos centuplicados y tu espíritu pleno de amor. Ya San Juan de la Cruz nos dice: “En el atardecer de la vida, te examinarán en el amor”, ganaste el año de tu vida con las mejores notas. Por eso el Señor te llamó “Venid Morelia a poseer el Reino que ya te tenía preparado”.
Blanca Libia Osorio Zapata.
Carmelo Misionero Seglar