NUESTROS RETIROS, UNA GRACIA ESPECIAL
Durante los días 5
– 6- 7 de septiembre, los miembros del CMS. tuvimos la gran oportunidad de
encontrarnos en Coimbra, de todos los rincones de la Provincia, para hacer los
retiros espirituales. Para todos fue un momento especial, una parada en medio
de nuestra rutina, un espacio para encontrarnos cara a cara con el Dios
Misericordioso y compasivo.
El día sábado en la
mañana realizamos el desierto bajo la guía del Espíritu Santo y teniendo como
base de reflexión la lectura bíblica de 1ª Reyes 19, 1 – 19, que habla del
proceso de Elías hacia el encuentro con Dios y nos ilumina para profundizar en
nuestro proceso de búsqueda del Señor.
En general todo el
retiro fue un cúmulo de gracias, por lo mismo agradecemos al Señor y a todas
las personas que hicieron posible este momento de crecimiento y consolidación
de nuestra espiritualidad. Mil gracias
CELEBRACION MISTICA Y PROFECIA
Como conclusión de
la experiencia del estudio y reflexión del documento “Mística y Profecía” nos
empeñamos en cerrar el tema con una celebración de la Palabra que
prácticamente, recogía todo el sentir de nosotros y nos motivaba para realizar
nuestro compromiso. Después de la exposición con el Santísimo hicimos un
momento de oración y luego iluminados por la Palabra, cada uno de nosotros hizo
en voz alta su compromiso de ser luz y llevar esa luz a todas partes y a todas
las personas. Terminamos dejando en las manos de María nuestro propósito de ser
luz en la Iglesia e iluminar con nuestra vida y testimonio, la oscuridad que
nos envuelve...
EL CARMELO MISIONERO Y SU MISION CON LOS HABITANTES DE LA
CALLE
Motivados por el
CMS. de la Estrella, quienes llevan algunos años trabajando con los habitantes
de la calle de la ciudad de Medellín, algunos jóvenes de San Antonio de Prado,
quisieron hacer parte de este grupo, que todos los martes en las horas de la
noche, se desplaza hasta la ciudad para llevar un poco de calor humano,
espiritual y físico a estos hermanos que los esperan llenos de esperanza y
agradecimiento. Después de una corta oración con todos ellos, comparten la
“aguapanela” bien caliente con un pan que les mitiga en algo su frio y su
hambre. Que el Señor recompense esta obra de caridad y les de la fortaleza
necesaria para seguir haciendo el bien a los más débiles y abandonados.